Historia de la fealdad – Umberto Eco

Historia de la fealdad es un libro que Umberto Eco decidió escribir después del éxito que tuvo historia de la belleza. Quiso mostrar el otro lado de la moneda y dedicarse a entender el manejo que se le ha dado al concepto de fealdad o feo en épocas pasadas y en la actualidad.

Desde hace muchas décadas lo feo es sinónimo de repelente, de horrendo, de asqueroso, de desagradable, de grotesco, de abominable, de odioso, de indecente, de inmundo, de sucio, de obsceno, de horripilante, de enojoso, de indecente, de deforme o de desfigurado. Y todo ello no es tan fácil de cambiar ni en lo personal ni en el imaginario colectivo. Es una palabra que esta estigmatizada y de la cual su significado es subjetivo. Inevitablemente la belleza y la fealdad van estrechamente ligadas.

Para Umberto Eco desde un punto de vista intelectual. lo feo tiene más interés que lo bello ya que es un territorio menos explorado en el que se entrecruzan con mayor sutileza los criterios de cada época, los de cada sociedad y las ideas estéticas de la representación de la fealdad.

En muchas culturas el dolor también va de la mano con la fealdad, ya sea por una enfermedad que ha dejado secuelas o por golpes provocados. Pero surge la siguiente pregunta, ¿Es feo el dolor cuando es sentido por alguna razón de fuerza mayor? Un ejemplo claro es la imagen de Jesús crucificado, dando su vida por nosotros, ¿Acaso esa imagen es fea o repugnante? Para muchos si, para muchos no. En cualquier caso o en cualquier contexto la fealdad puede ser vista o percibida de formas diferentes. Feo es una palabra que tiene muchas connotaciones y a la que difícilmente se le puede otorgar un solo significado.

En la actualidad lo bello y lo feo significa lo que nos venden los medios de comunicación. Lo bello es lo perfecto, lo plástico o lo “ideal”. En donde no hay espacio para lo que llamamos feo, es decir, las arrugas, los gordos o las manchas. Nos encontramos en un mundo donde nuestras mentes ya no se esfuerzan por ser únicas sino copias. Nos esforzamos cada vez más para ser iguales, para no sentirnos propios sino sentirnos como el otro y todo esto va enmarcado en la aceptación, en querer ser bien vistos y recibidos en cualquier cultura o sociedad.

Para dejar de sentirnos feos primero debemos entender que lo feo no siempre es malo, por el contrario puede ser el camino para encontrar lo realmente bello, lo que siempre está oculto. “Después de lo feo viene lo bonito pero después de lo bonito no hay nada”, esta es una frase que recoge todo lo propuesto por estos dos términos y los acopla, invitando a la reflexión personal acerca de la belleza y la fealdad. En cualquier caso sentirnos bien y felices, en cualquier momento o lugar, seria el significado que yo le daría a estos tratados de Umberto Eco.

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